Nacional
Por Proceso
Publicado el domingo, 29 de enero del 2012 a las 16:05
México, DF.- Públicamente lo manejan como una “separación amistosa”, pero en el encuentro que tuvieron el viernes 13 hubo insultos, gritos y amenazas entre la dirigencia nacional del PRI y la del Partido Nueva Alianza, que rompieron el acuerdo de ir juntos en los comicios de este año.
Al enterarse de la ruptura, Elba Esther Gordillo –líder y fundadora del Panal– dijo que se trata de un intento de “quinazo” en su contra ideado por Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari.
Públicamente, las dirigencias de ambos partidos dijeron que la decisión de no continuar con la alianza Compromiso con México –donde también está el Partido Verde Ecologista de México– fue para mantener los equilibrios internos y porque no se alcanzaron las condiciones necesarias para seguir juntos.
El dirigente del Panal, Luis Castro Obregón, argumentó que el principal desacuerdo fue que el PRI quería ampliar a más de 10 estados la alianza, lo que impide la ley, y que por ello habían tomado la decisión de ir por separado.
Pero detrás de las declaraciones oficiales la historia es otra, más compleja, llena de intereses de Elba Esther Gordillo y de venganzas en su contra. Según versiones de testigos, la ruptura tendrá consecuencias graves para el PRI y para la maestra, que podría concluir su reinado sindical de dos décadas.
LA RUPTURA
El pasado 16 de noviembre, aún bajo el liderazgo de Humberto Moreira, el PRI concretó la coalición Compromiso por México, mediante la cual el priísmo cedía candidaturas al Senado a sus aliados en Chiapas, Sinaloa, Puebla, Nayarit, Quintana Roo, Jalisco, Distrito Federal, Veracruz, Estado de México y Zacatecas. Además se iría en alianza en 126 de las 300 candidaturas a diputaciones federales de mayoría.
El acuerdo preveía que una de las hijas de Gordillo, Mónica Arriola, sería candidata a senadora por Chiapas; Fernando González, yerno de Gordillo, lo sería en Sinaloa; Jorge Kahwagi, en Baja California, y para diputados el ex consejero electoral Emilio Zebadúa y “El Niño Verde”, Jorge Emilio González.
A cambio de esta ventajosa alianza, según la versión extraoficial, el dirigente nacional priísta amarraría para su hermano y también profesor, Carlos Moreira, la secretaría nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, con lo cual mantendrían vigente el proyecto de la familia del ex gobernador de Coahuila.
Todo este plan se derrumbó el 2 de diciembre, cuando Humberto Moreira tuvo que renunciar al liderazgo del PRI, luego de que fue denunciado por dejar a su estado –Coahuila, del que fue gobernador– con una deuda de casi 34 mil millones de pesos.
Pedro Joaquín Coldwell lo sustituyó y desde ese momento comenzaron a revisar el acuerdo con el Panal, sin que Gordillo se enterara.
Pese a que dentro del PRI y en el equipo de campaña de Peña Nieto ya se fraguaba el rompimiento, en el Panal todo seguía igual y Castro hacía planes para fortalecer el voto del magisterio hacia los candidatos priístas. La idea era fortalecer la estructura electoral del SNTE convenciendo a los maestros de movilizarse, haciéndoles pensar que lo mejor para ellos era votar por el PRI y que si ganaba López Obrador las consecuencias serían fatales para todos, no sólo para Gordillo.
En esas estaba la dirigencia del Panal cuando el viernes 13 por la mañana el equipo de Peña Nieto la citó a una reunión para hablar de la alianza; no les dijeron que se trataba de ponerle fin.
“QUINAZO”
En 1989, cuando apenas empezaba a gobernar, Carlos Salinas de Gortari ordenó la detención del líder petrolero Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, a quien consideraba enemigo porque no le había dado su apoyo. Ese mismo año también ordenó la defenestración del líder magisterial Carlos Jonguitud y la ascensión de Elba Esther Gordillo en su lugar.
Dos décadas después, la maestra Gordillo siente que ahora se está urdiendo un plan similar en su contra y que el primer paso es la ruptura de la alianza con el PRI.
“¡Esto es un quinazo!”, les dijo enojada a sus allegados y a parte de su familia, reunidos en su casa de Polanco.
La negociación comenzó a las 9:00 horas, cuando aún no sabían de qué se trataba. En el primer encuentro, por parte del Panal y del SNTE, llegaron Luis Castro, Juan Díaz, Roberto Pérez de Alba, Guillermo Aréchiga y Fernando González. Por el PRI: la secretaria general Cristina Díaz, Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong y Carlos Flores Rico.
“Los expositores por el PRI fueron Videgaray y Flores Rico. Cuando la reunión se empieza a calentar es cuando dan a conocer una encuesta en la que el Panal no podía conseguir su registro en 15 estados. Ahí fue donde se enojaron los del SNTE. Y también cuando Videgaray les dijo que era insostenible poner a Fernando Yáñez, Mónica Arriola y Jorge Kahwagi como candidatos al Senado. Respondieron que tampoco eran sostenibles las candidaturas de “El Niño Verde”, Mario Marín, Manlio Fabio, Francisco Labastida y otros más con negros historiales.
“Pero cuando empiezan a enfrentarse Juan Díaz y Luis Videgaray es cuando el primero le dice que hay que cumplir los acuerdos como hombre y que si Peña Nieto no cumple su palabra, menos la va a cumplir si llega a la Presidencia. Se dio una fuerte discusión al grado de insultarse”.
Para calmar las aguas se dio un receso, supuestamente a fin de consultar a sus respectivos jefes. Una hora después se volvieron a reunir y del SNTE sólo regresó Luis Castro, mientras que del PRI estaban Osorio Chong, Pedro Joaquín Coldwell, Luis Videgaray y Flores Rico.
“Lo primero que dice Castro es que no tienen palabra, que no hay forma de creerles y que sólo prevalecen los intereses del PRI, dejando muy mal parado a Peña Nieto. Coldwell contesta que no hay esquema de negociación, que se tienen que dar los cambios: tres senadurías pero no a los mismos candidatos y en otros estados. Castro les dice que es insostenible y no hay acuerdos porque no se pueden sustituir a Fernando ni a Mónica Arriola; únicamente aceptan que no vaya Kahwagi. La reunión sólo duró 15 minutos y antes de salir Castro le dijo a Coldwell que lo más peligroso es que todos ellos están siendo peleles de Manlio Fabio, Francisco Labastida y Joel Ayala”.
Al enterarse de lo ocurrido, la maestra llamó a Peña Nieto con la idea de que de inmediato éste le contestaría y todo se arreglaría. “Pero hasta las 11 de la noche le respondió Peña Nieto. Le dijo que no podía hacer nada y que varios gobernadores estaban en su contra. La maestra le pidió nombres, pero no se los dio. Peña Nieto le dijo que aceptara los términos en que se replanteó el acuerdo, pero Elba Esther lo rechazó”, señala la fuente.
La maestra empezó a ver opciones: le pidió a Fernando González que buscara a Luis Carlos Ugalde y a Miguel Ángel Jiménez para que se acercaran a Ernesto Cordero y a Alejandro Poiré. Se comunicó con Calderón buscando que Josefina Vázquez Mota no fuera la candidata y así poder aliarse con Cordero.
“Llamó a todos los secretarios del SNTE y a la dirigencia del Panal. Les dijo que lo más grave de esto es que se trata de un adelanto de lo que puede pasar si gana Peña Nieto. Les ordenó que empezaran a operar para que no quedara el mensaje de que está débil ante el PRI. La preocupación de la maestra era que los líderes regionales del SNTE comiencen a operar a favor del PRI sin que ella se dé cuenta. Por eso todo el sábado se dedicó a hablar con los gobernadores. Sin embargo dijo que los sentía muy fríos, que seguramente ya habían hablado antes con ellos y por eso confirmó que todo estaba planeado”.
“Al ver esto convocó de nuevo a su estructura; dijo que ya no habría nada con el PRI y les advirtió que si ella cae, caen todos”, señala el allegado a la profesora.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS
Noé Rivera, experto en el tema del magisterio, señala que al romperse la alianza con el PRI, por primera vez en su vida como dirigente del SNTE, Gordillo enfrenta una crisis que amenaza su permanencia en el poder y la seguridad de su familia.
No obstante, señala que el PRI subestima la capacidad de Gordillo y el poder que tiene el SNTE para destruir a un candidato, como lo hizo en 2006 con Roberto Madrazo.
“Creen que con esto va a ser avasallada, que va a perder el control del sindicato y no va a resolver la crisis. Me parece que están totalmente equivocados porque si querían desactivar el poder del SNTE actuaron al revés”.
“Lo que ahora tendrá que hacer Gordillo es transmitir a toda su gente que la traición no la ocasionaron ella ni Nueva Alianza, sino el PRI. Si logra esto creo que el PRI se va a dar cuenta de que cometió un grave error electoral.
» La ruptura de la alianza entre el Revolucionario Institucional y el partido de la maestra aún puede tener consecuencias muy graves, no sólo para ella sino para un candidato tricolor que en breve podría necesitar el apoyo del sindicato más poderoso del país.
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